sábado, 4 de abril de 2015

PICO GILBO (1677M)

Riaño, León. Esto ya es vicio: esta mañana subíamos a Peña Lara en Burgos, rodamos hasta Riaño y pretendemos subir esta tarde al Pico Gilbo. La culpa de Miguel de Omaña, amigo de León, que nos incita a estas aventuras; pretende luego al crepúsculo bajar a orillas del embalse para contemplar la luna. No es una montaña muy alta en relación a las que la circundan, pero al llegar a Riaño destaca la figura esbelta y estilizada del Gilbo: "el Cervino de Riaño". Tras una comida frugal, bordeamos el embalse de Riaño por su parte sur para enfilar hacia un marcado collado. Hay que pasar un bosque de hayas y, al descubierto, emprender hacia nuestra derecha por una hendidura que nos da paso a la cara norte de la peña. Empiezan los jitos y las marcas amarillas que nos guían por la abrupta  ladera, sorteando algún nevero. Vistas inenarrables, hay que subir aquí para sentirlo. En apenas un par de horas alcanzamos la cumbre y uno queda maravillado de la quietud que transmite este lugar. Descanso, hidratación, fotos y contemplación. Descendemos y nos mantenemos sobre la vertiente norte. Ya se pone el sol y pronto podemos ver como cambian los colores sobre las montañas y la luna empieza a iluminar tras el Espigüete. Emoción, magia,... fotografiamos el momento pero no es lo mismo, hay que vivirlo. Ya es noche y nos recoge la barca que nos llevará a Riaño. Presta León.
Desnivel de 675 m y 4 horas.







































PEÑA LARA (1296M)

Jurisdicción de Lara (Burgos). Como la nieve está para poco, continuamos con la roca y vamos a conocer esta intrusión de roca. Tras bordear la Sierra de la Demanda llegamos a Cubillejo (Burgos, 1070m). La intención es hacer la ferrata Camino del Infierno pero nos percatamos que las aves que allí anidan no estarían muy a favor. Así que plan B: a crestear hasta la cumbre. Si quieres que te respeten, primero respeta; además estás en su medio. Bien temprano iniciamos el ascenso hacia la crestería rocosa de Peña Lara, como la escriben los lugareños (también Peñalara). Desde Cubillejos ascendemos al lado de la iglesia por una pista de suave pendiente que luego se transforma en camino y nos deja en la parte somital, una especie de planicie con cortados hacia Quintanilla de las Viñas. Vértice geodésico, banderas de oración. Vistas extensas. Se pueden ver restos de muralla celta. Seguimos el sentido de la cresta (SE) y encontramos un corto tramo de destrepe equipado con cadena. Proseguimos un tramo fácil y vistoso, avistando una piara de jabalíes. Llegamos así a un promontorio La Muela, lugar donde fue encontrada una importante necrópolis romana. Pronto se llega al Picón de Lara sobre el que se asienta las ruinas del castillo de Lara (1096m) construído en el 902, una lástima que no se haya conservado adecuadamente; parece que hace unos años aún disponía de algún arco. Ya desde aquí toca regreso; lo hacemos por la parte baja, primero subiendo un poco y luego tomando el rumbo (NO) hacia la ermita visigótica Nuestra Señora de las Viñas (s.VII) , una auténtica joya. Hay guarda y puede visitarse el interior. Ya estamos en Quintanilla de las Viñas y un poco más de camino completa este circuito fácil y lleno de historia. Además en la zona: huellas de dinosaurio, dólmenes y abrigos rupestres. Para compaginar naturaleza e historia.
















jueves, 2 de abril de 2015

CRESTA O. DEL PALOMARES (1443M)

Sierra de Cantabria, Álava. El objetivo de la actividad es subir al pico Palomares (1443m) por su cresta oeste, una de las más largas de Euskal Herria. Pero la actividad, además de subir a una de las cumbres más altas de Euskadi, nos permite disfrutar de unos parajes impresionantes , bosque de hayas, vistas impresionantes a 360º, ... una joya de actividad. Partimos de Lagrán, asciendiendo por una pista por la ladera N. con tendencia O. hasta la fuente de Laziturri. Luego las indicaciones no dan lugar a dudas y seguimos subiendo para alcanzar un primer collado al O. del pico Recilla, al que ascendemos (1381m, buzón). Hay que descender hasta una brecha (rápel), lugar en el que empieza el recorrido de la cresta. Un momento especial fue encontrarnos una paloma en medio de la cresta, sosegada y esbelta, que esperó a que nos acercásemos sin inmutarse, un regalo magnífico ¡en la cresta del Palomares! Los pasajes son aéreos, vertiginosos pero sin complicaciones técnicas. Prohibido caerse. Hay dos puntos de más dificultad o en los que hay que poner atención. Una afilada arista sobre un gran ojal de roca y un gendarme que se encuentra en el tramos final, ambos equipados con unos clavos viejos. No busquéis más equipamiento pues no lo hay. Dificultad máxima IV y numerosos tramos sencillos. es necesario llevar drizas y friends. La recompensa es un paisaje impresionante y la llegada a una cumbre muy hermosa que invita a la contemplación. Siguiendo un poco más encontramos la normal que nos lleva sin problemas al punto de partida. Para disfrutar. Empleamos unas 8h en total, con mucha tranquilidad y haciendo fotos, y 900 m de desnivel. Luego nos desplazamos a la localidad de Laguardia (Rioja alavesa) a turistear, una buena cena a base de chistorra y excelente vino de bodegas Rojande, una pequeña bodega fundada en 2000 y poco conocida.




















Cresta cara S. desde Laguardia